30 marzo 2014

Tu hijo a Harvard...




La lectura última ha sido el libro de Fernando Alberca, titulado "Tu hijo a Harvard y tú en la hamaca". Leí alguna crítica y me llamó la atención el texto de la contraportada: "¿Te preocupan las notas de tu hijo, su falta de motivación y el bajo rendimiento en los estudios? (sí, mucho, me pone en crisis personal y profesional) En este libro encontrarás las claves para que cambie de hábitos y actitud, y que consiga, no solo mejores resultados académicos, sino que aprenda a estudiar con autonomía, ilusión y entusiasmo". Pues si de verdad el libro tiene estas claves, es lo que necesito. Así pues, es una lectura que he hecho más como padre que como profesor, pero aún así, pensaba que algo me podría aportar también como profesor. 
Aparte de unas cuantas perlas (ver en la imagen algunos ejemplos)

en el libro me he encontrado también algunas orientaciones y explicaciones. También algunas pautas, más fáciles de leer que de poner en marcha, pero que habrá que intentar.
 Lo primero que se sugiere es un cambio de actitud, abordar los estudios y las notas como lo que son, un medio y no un fin en sí mismo. Un medio para aprender y también para ser feliz, que al fin y al cabo es de lo que se trata. Algunas consideraciones generales sobre el aprendizaje y el estudio, como la necesidad de unir afecto, relación y buenas notas, para generar esa actitud adecuada y la suficiente motivación como para mantener el esfuerzo en el tiempo.
Entre las razones (discutibles algunas, probablemente incompletas) de por qué se sacan malas notas, el autor cita:
1. El más frecuente: no saber leer bien.
2. Los celos: la necesidad de confirmar si se es querido pese a ser diferente de otros hermanos.
3. La desmotivación que les supone unos padres tan admirables en los estudios.
4. La excesiva agresividad provocada por una adolescencia mal llevada y gestada especialmente por la sobreprotección entre los tres y siete años de edad.
5. La sensación de no pertenecer al grupo puede provocar que uno desee escapar de ese grupo, repitiendo si es la única salida.
6. La enemistad entre un alumno y un profesor concreto.
7. La clasificación del profesor que ha etiquetado a un alumno.
8. La baja autoestima.
9. La timidez.
10. El desconocimiento del idioma.
11. El exceso de sensibilidad, emotividad y la tendencia a la resignación.
12. La sobreprotección.
13. El desconocimiento de las técnicas de estudio más necesarias.
14. Las dificultades como el déficit de atención, concentración o la superdotación.
15. Padecer una enfermedad que haga insalvable la posibilidad de estudiar.
Todas estas razones están convenientemente explicadas en el libro, y de todas ellas, el autor resume diciendo que "el motivo más recurrente para sacar buenas notas es la alta autoestima y el deseo de satisfacer especialmetne a los padres. La causa más frecuente de las malas notas, la sobreprotección y la baja autoestima". También se apuntan en el libro las posibles formas de vencer todas estas dificultades y obstáculos.
Cuando aparece el fracaso, suele adoptarse alguna de las cinco posturas que enumera el libro: repetir; intentar salvar el obstáculo de otro modo; huir; otro camino para el mismo destino; echarle la culpa a los demás.
Pero el cambio es posible. Con la actitud y la ayuda adecuada de los padres y profesores y un esfuerzo continuado por parte del estudiante, empezando poco a poco, el cambio es posible. Y para ir poco a poco, el libro desgrana una serie de técnicas y consejos de estudio, muchos sobradamente conocidos pero que hay que recordar y, sobre todo, poner en práctica.
La actitud, por tanto, lo es (casi) todo.