30 septiembre 2015

Reglas para ser un buen profesional (o para no ser malo)



Luis Lobera de Ávila fue médico del emperador Carlos V, en la primera mitad del siglo XVI. No se sabe cuándo y dónde nació y murió, pero sí que estudió medicina en Salamanca y París y tras varios años ejerciendo su profesión en Francia y en Castilla, se integró en la corte imperial y real, a partir de 1520, y siguió los pasos del viajero monarca. En su "Libro de pestilencia curativo y preservativo", publicado en Alcalá de Henares en 1542, retrata lo que para él es un buen médico. Eran tiempos convulsos y la corte de Carlos era un gran teatro lleno de inteligentes políticos, valerosos militares, científicos y artistas de primer nivel; pero también de toda clase de advenedizos y codiciosos cortesanos, maestros de nada y engreídos de su vacuidad.
A esos mediocres de aquel tiempo parece dirigido el texto. Y a los mediocres todos de todos los tiempos. Aún hablando desde hace casi 500 años y dirigiéndose a los médicos, leyendo el texto me han venido a la mente algunos rostros... En algunos pasajes he visto el mío propio reflejado, como si el texto fuera el azogue de un despiadado espejo. Hay algunas cursivas, que son mías:
"Para ser bueno el médico ha de ser reposado y letrado, con experiencia, y de buena estimativa; que lo que hablare lo entienda y sepa poner en obra, porque hay muchos habladores que tienen solamente letras garrulativas a la apariencia, y lo que hablan no lo entienden; ni saben apenas ordenar un cristal, y quieren usar cosas nuevas, y malas experiencias. Estos son físicos de apariencia, no de obra, que dan a entender al vulgo que saben algo sin saberlo, y no saben curar ni sanar una enfermedad. Y aún sanarían mejor los enfermos y más aína, si no fuesen curados por estos que tienen nombre de físicos, que su nombre es matasanos, salvo aquellos que de suyo se habían de sanar sin física, y aún a éstos les estorban que no sanen tan presto: que como han de ser ayudadores de natura son estorbadores y contra natura: no toman consejo de otros por presunción, y quieren antes que se muera el doliente, que no sepan su ignorancia. Huyen de llamar compañía; y cuando la llaman sonn muy porfiados en su opinión, aunque no sea buena, por mostrarse que saben algo y prometen mucha salud, y no dan ninguna. Esto viene de tener poca consciencia, y no ser buenos cristianos, y de falta de humildad. Otros hay enamoradiscos, que en cualquiera casa que van a curar se enamoran, teniendo deshonestos ponsamientos. Estos merecen por lo menos ser privados perpetuamente. El buen físico ha de ser viejo, experimentado, de buena estimativa, y de buen seso. Ha de haber curado por lo menos de quince a veinte años arriba y ha de haber visto práctica de hombres doctos, y conversado muchas veces con ellos. Por donde los que mucho tiempo practican en una aldea, o en partes donde no hay conferencia de doctos hombres, al cabo son físicos de aldea. El buen médico ha de ser docto en práctica y teórica, y reposado, y tan secreto como el confesor; bien fortunado, de buena presencia, y no de ruin gesto, humilde y alegre y gracioso de buena manera, no jugador, ni putañero, y no interesado, sino que su principal intento sea curar el doliente y no de sacarle los dineros, y el paciente haga después su virtud, conforme al trabajo y peligro de la enfermedad. Ha de andar siempre limpio y bien ataviado y aún oloroso, porque alegre al paciente."

24 septiembre 2015

Sueños a los 17. Segunda edición.

Por segundo año he pedido a mis alumnos de 2º de bachillerato que me cuenten cuáles son sus sueños. Este es el resultado. El primer puesto lo vuelve a ocupar la misma aspiración.



Tener una familia
46
Viajar por todo el mundo
39
Conseguir mis objetivos académicos
3
Ser feliz conmigo mismo y con mis seres queridos
18
Tener un trabajo estable
5  
No perder la ilusión por hacer las cosas
1
Trabajar en lo que me gusta
22
Tener un trabajo para ayudar a las personas
1
Trabajar en la radio
1
Trabajar en el mundo del golf
1
Vivir fuera de Sevilla o España
5
Ir al E3
1
Estar sano
3
Aportar, sumar y construir
1
Tener mis propios caballos
1
Ser ingeniero
6
Ser militar/policía
3
Ser profesor
1
Ser periodista
1
Ser actriz
1
Ser músico
2
Estudiar la carrera que me gusta
16                              
Estudiar en una universidad americana
1
Estar junto a los que me quieren, pase lo que pase
1
Llegar tan lejos como me proponga
1
Ir de safari a Sudáfrica
1
Tener mi propia empresa
5
Escribir la continuación de “El niño del pijama de rayas”
1
Disfrutar de los deportes que me gustan
2
No perder nunca la libertad en mi vida, en mis decisiones, etc
1
Ser abogada y periodista
1
Hacer las prácticas en el Banco Mundial
1
Poder independizarme
4
Hacer buceo
1
Superarme
1
Conseguir mis metas
6
Ser veterinaria
1
Ser profesora
1
Estudiar Psicología
1
Estudiar Farmacia o Bioquímica
2
Estudiar Medicina
2
Estudiar Biología
1
Estudiar Derecho
3
Trabajar en Sevilla
1
Escribir un libro
1
Formar parte de la selección española de Remo
2
Correr la “Run for your live” de California
1
Estar metido en el mundo del fútbol
2
Ser DJ
1
Comprar Apple
1
No defraudar a los amigos que quiero
1
Descubrir mi fe/no perder la fe
2
Seguir creciendo como persona
2
Conseguir titularme en la facultad que entre
5
Conseguir el C1 de inglés y el B2 de francés
1
Dedicarme a la investigación para poder ayudar a la gente
2
Descubrir la cura del Alzheimer
1
Ser multimillonario
2
Ir a la colonia que se hará en Marte
1
Jugar en la NBA
1
Encontrar el amor
1
Conseguir ser el mejor del mundo en algo
2
Aprobar las oposiciones para la escuela de oficiales del ejército
1
Terminar mi novela
2
Que me patrocinen en pádel
1
Ir a un castillo vestida de princesa medieval
1
Trabajar como voluntario
2
Aprender mucho
7
Ser partícipe en la Historia
1
Encontrar el sentido de mi vida
2
El Betis en Champion
1
Ir a Tomorrowland
1
Ir al parque temático de Harry Potter en Orlando
1
Cambiar al menos una vida
1
Tirarme en paracaídas/puenting
2
Creatividad en cada cosa que haga
1

21 septiembre 2015

Competencia matemática durante la Guerra de la Independencia

Con la represión del pueblo madrileño el 2 de mayo de 1808 por las tropas francesas que habían ocupado la ciudad, teóricamente como aliados, comenzaba la Guerra de la Independencia. En ella, poco tiempo después, el 16 de julio, las tropas napoleónicas sufrieron su primera derrota, en la batalla de Bailén, victoria que habría de celebrarse por todas las cortes europeas hasta la lejana San Petersburgo.
Victoria efímera en todo caso, puesto que durante el otoño siguiente el propio Napoleón Bonaparte, al mando de casi medio millón de soldados, ocupó la península y puso el trono de España a los pies de su hermano José. Comenzaba a partir de entonces una nueva fase de la guerra, en la que los españoles practicarían la guerra de guerrilla, teniendo permanentemente en jaque a las tropas ocupantes.
Ello dio lugar a la aparición de valerosos caudillos militares, algunos sin ninguna experiencia bélica previa, pero unidos con un mismo objetivo: defender, luchar y morir si era preciso, por la unidad e independencia de la nación española. Qué tiempos aquellos: unidad e independencia de la nación española...
 
Uno de ellos fue Julián Sánchez, "el Charro". Fueron constantes los golpes de mano contra los franceses, causándole permanentemente bajas e incomodidades sin fin. En uno de esos ataques, Julián Sánchez se puso al frente de 25 jinetes, con los que atacó a un escuadrón completo de dragones franceses, saliendo victorioso del combate. Cuando el conde de España, su superior, le preguntó por qué había hecho semejante temeridad, el bravo soldado le contestó:
-Por que no los conté, mi general.